No podemos negar, que el paso de las estaciones de otoño e invierno, han apagado la alegría de salir al exterior y más con las olas de frío que han asolado Europa este año. No obstante, el equinoccio primaveral ha marcado un buen comienzo de la temporada cálida adelantándose en sus primeros días a lo que parece que es una semana santa veraniega. Y volvemos a comprobar que o no nos queda protector solar, o bien, el que compramos el pasado año no era el más adecuado a nuestro tipo de piel. Este año, podemos tomarlo con calma revisando nuestras propiedades dérmicas, el lugar donde vamos a estar los próximos meses, las horas de sol que queremos disfrutar en una playa, piscina, paseo por la montaña, o de relax en una  terraza y cómo no elegir el mejor producto que tenga la máxima calidad para toda la familia al completo.

No sólo se trata de protegernos de los rayos UVA, que son los responsables de envejecer prematuramente la piel, también producen cáncer y son acumulativos a lo largo de nuestra vida, sino de evitar las tan nefastas manchas sobre nuestro cutis y cuello, que tanto nos incomodan. También pensamos que en la medida en la que nuestra piel, se va poniendo más morena (aumenta la melanina), tenemos menos riesgo de quemarnos. Hay que distinguir dos cosas:

- La piel se quema por el efecto de los rayos UVB pues afectan directamente a la superficie de la misma, provocando inflamación y quemaduras en función del tiempo, tono y tipo de piel.

- Los rayos UVA actúan en la dermis más profunda, dejando constancia no solo de que la piel se te pueda inflamar, resecar y caer, sino que podríamos decir que afecta en la base de la misma, creando “una memoria” imborrable en el deterioro de la misma, pues rompe las fibras y partículas de colágeno y deteriora el sistema inmunitario.

El primer paso, siempre será aplicar un buen protector solar y al principio con un SFP (Nivel de protección) lo más alto posible, siendo para los bebés, el especial con protección total. En función del tono y del tiempo en el que hemos estado tomando los calurosos rayos, podremos ir bajando el SPF siempre y cuando lo apliquemos en la medida oportuna y varias veces en el tiempo.

Tengamos en cuenta que aunque muchos son resistentes al agua, no significa que tengas que olvidarte de ir aplicando principalmente a pieles más blancas y sensibles. Podemos dividir 6 tipos de pieles que van de menos pigmentadas (1)  a las que contienen más melanina (6) y oscuras. Todas deben protegerse más en especial, las primeras.

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